Por si algún día decides quedarte,
no me lo digas.

Y si me anhelas,
no me lo digas.

Quizá cuando llegues a amarme,
no me lo digas.

Porque tal vez, algún día cuando despierte y te sienta,
notaré que has estado conmigo desde siempre,
cumpliendo lo que sientes.

(c) Roacuervo